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¿Cómo generar en familia una conducta alimentaria saludable?

  • Foto del escritor: María Eugenia Mauvecin
    María Eugenia Mauvecin
  • 28 may 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 2 nov 2020





Aprender, enseñar, descubrir, experimentar son acciones que si son compartidas son más productivas, más divertidas; entonces, ¿qué mejor que hacerlo en familia??

A lo largo de la infancia, y con influencia del entorno, se van incorporando y aprendiendo hábitos y conductas y muchas de ellas continuarán hasta la edad adulta. Por eso la importancia de transmitir, adoptar y compartir hábitos saludables, no solo en cuanto a la alimentación, sino también en relación a otros aspectos de la vida como realizar actividad física, el descanso, el manejo del estrés y las emociones.


Quiero compartir algunos puntos relacionados con la alimentación que me parecen importantes a tener en cuenta como familia y espero les resulte útil.



Compartir la mesa, comer en familia.

Es importante poder hacer un STOP de trabajo, preocupaciones, tareas, etc., y poder aprovechar y disfrutar los momentos juntos.


 

Evitar pantallas y distracciones al momento de las comidas.

Que la comida sea un momento de encuentro, de risas, de historias, de anécdotas, de afianzar el vínculo entre ustedes.


 

Hacer participar a los niños en la cocina.


Que ellos formen parte de la elaboración de las comidas, que experimenten y descubran alimentos, sus olores, texturas, sabores, que conozcan la historia detrás de las recetas familiares; involucrarlos también en el momento de hacer la compra.







 

No obligar a comer, respetar el hambre y saciedad de los niños.

Tienen la capacidad de autorregularse; puede ser que en una comida no quiera comer o coma poco, pero en la próxima lo hace con total normalidad. Muchas veces las expectativas de los padres sobre la cantidad de comida que los niños “deberían” comer, no es realmente la cantidad que ellos necesitan.


 

No usar la comida como un premio o castigo.

De esta forma logramos que relacionen un alimento como una recompensa (positiva o negativa) y eso puede influir de manera negativa en el desarrollo de su conducta alimentaria y su relación con los alimentos.


 

Ofrecer y dejar al alcance alimentos de buena calidad nutricional.

Si tienen apetito, cada uno podrá elegir qué comer, pero nos aseguramos que sea cual sea la elección, van a ser alimentos nutritivos.


 

No prohibir alimentos.

Es muy frecuente que esta prohibición les genere aún más deseo por comerlos. Lo más sencillo es que no haya en casa aquellas cosas que no queremos que coman; pero si en alguna ocasión o evento lo piden, NO NEGAR, explicando que es algo de consumo ocasional y que es importante moderar la cantidad.



Si les interesa esta información, pueden descargarla en el siguiente link:


 
 
 

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